127 Horas, 2010
Dirigida por Danny Boyle
El protagonista se encuentra en una de esas situaciones en las que su supervivencia está en juego: es un deportista, le gusta ascender montañas, recorrer cañones, andar en mountain bike. En uno de esos paseos queda atrapado en un cañón (en realidad, es su mano derecha la atrapada) y no puede "zafar" por más que lo intente. Son 127 horas hasta que logra salir de ese tormento tomando una de las decisiones más difíciles, y llevándola a cabo.
Durante el film, el director se encarga de hacernos ver que la piedra en la mano es, en realidad, una aliada: es la que quita el velo, la que allana el camino, la que nos hace mejores personas. Lo que debemos aprender nosotros, el resto de los mortales, es a ver las piedras y aprender de ellas ANTES de que nos atrapen.
Si son impresionables o impacientes pueden dejarla pasar; caso contrario, para no perdérsela.
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