El hombre de al lado, 2009
Dirigida por Mariano Cohn y Gastón Duprat
La medianera suele traer problemas, no siempre, pero a veces sucede. En este caso, un vecino decide que necesita luz en una de sus habitaciones y no tiene mejor idea que hacer una ventana justo en esa famosa pared de
Es verdad que no se pueden hacer ventanas en la medianera pero aquí el tema es otro: el vecino es un hombre común, algo rústico (o más bien, bastante rústico, por no decir “grasa”), que vive de acuerdo a sus reglas y no se contiene. El dueño de la casa invadida se cree distinto, superior, por ser un famoso diseñador, por vivir, además, en la casa construida por Le Corbusier (¡sí, la película se filmó en La Plata y en esa casa!); sin embargo, es un dominado.
¿Cómo resolverán el conflicto? Es la pregunta que nos hacemos los espectadores: mientras, la película transcurre lánguida, sin prisa y sin pausa. Me hubiera gustado un poco más de ritmo, haberle dado un giro visceral a las cosas. No obstante, en la vida real los problemas a veces no se resuelven rápido, y menos si consideramos que el afectado es un hombre que no tiene los pantalones bien puestos.