viernes, 14 de octubre de 2011

La doble vida de Walter


La doble vida de Walter, 2011


Dirigida por Jodie Foster


En los créditos finales se informa que la depresión es una enfermedad familiar y que tiene cura, cosa que Walter Black, el personaje interpretado por Mel Gibson, parece desconocer. Un hombre otrora exitoso, presidente de una fábrica de juguetes, casado con una profesional y padre de dos hijos, uno adolescente y otro pequeño, debe lidiar con una depresión que parece acosarlo desde hace tiempo. Cuando la apatía, la desesperación y la desdicha lo llevan a cometer un acto desesperado, encuentra en un títere (un castor) una suerte de otro yo, y lo incorpora en su vida en todos los aspectos: se comunica sólo a través del peluche y, de a poco, se convierte en él; nada puede hacer sin el castor, quien habla a través de él: “Walter está mejor conmigo”, “Walter quiere esto”. Sin embargo, aunque al principio el castor lo saca del fondo del pozo y pareciera que lo ayuda a reintegrarse a la vida diaria, un atisbo de sí mismo sigue presente y le hace ver que huir de los problemas en lugar de aceptarlos y enfrentarlos nunca lleva a buen puerto. Al mismo tiempo, su hijo adolescente deberá hacerse cargo de sus inseguridades y dejar caer sus defensas (¿por qué será que todos los adolescentes, en las películas dramáticas, odian a sus padres?)


Gran actuación de Mel Gibson; los demás acompañan también muy bien.

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