Hitchcock, 2012

Hitchcock, 2012
Dirigida por Sacha Gervasi

Es una película sobre el matrimonio de Alfred Hitchcok y Alma Reville y sobre una supuesta crisis que atravesaron durante la filmación de Psicosis, uno de los films más emblemáticos del director. Su relación es amorosa y también laboral y esas cosas, a veces, juegan en contra. Siempre a la sombra de Hitchcock, Alma se ve relegada a un segundísimo plano toda vez que aparece una nueva protagonista, en este caso, Janet Leigh. Y esto le molesta, pero nunca tanto como esta vez: buscando su propio lugar en el mundo Alma se pone a coescribir un guión con un amigo lo que, eventualmente, llamará la atención de Hitchcock... Y nadie como él para reclamar lo que es propio. Mientras tanto, Hitchcock tratará de entender la perversa mente del asesino que interpretará Anthony Perkins y, a su vez, de convencer a los estudios y a los censores que su película vale la pena.

Anthony Hopkins es Alfred Hitchcock, genial.

Muy recomendable.
 

Bastardos sin gloria

Bastardos sin gloria, 2009
Dirigida por Quentin Tarantino

"Bastardos sin gloria" tiene sangre y ese "no sé qué" que caracteriza a las pelis de Tarantino. Ese "no sé qué" creo que tiene que ver con su propia locura y delirio pero también con esos diálogos imperdibles y esa capacidad que tiene de hacer que los espectadores no podamos odiar ni al más odioso de los personajes (salvo Hitler en este caso) porque al fin de cuentas son humanos y, aunque a veces perversos, tienen buen humor.

Esta historia se centra en la Francia ocupada por los Nazis en la Segunda Guerra Mundial. Hay dos historias en la peli: la de los "bastardos sin gloria", un grupo paramilitar que se encarga de matar nazis y sacarles el cuero cabelludo como trofeo, y la de Shoshanna, una joven judía que logra sobrevivir, huyendo, de la masacre de su familia. Ambos tendrán la oportunidad de matar a los peces gordos alemanes cuando Hitler, Goebbels y otros asistan al estreno de una película pro-nazi al cine que dirige Shoshanna (ahora devenida "Emanuelle"). Los demás personajes no son secundarios: cada uno tiene su propio peso en la historia y hace que cada línea del guión, con sus extraños giros, conviertan en deliciosa una experiencia que, en las manos equivocadas, podría ser desastrosa.

Muy recomendable. Impecables Christoph Waltz y el respeto al idioma.